MEJORA DE TECNOLOGÍA PARA AMINORAR LAS BRECHAS DE GÉNERO
En todas partes del mundo, la tecnología, en particular la de la
información y las comunicaciones, se presenta como una fuerza potente capaz de
transformar la vida social, económica y política. En muchos casos, el
desarrollo continuo y la aplicación de la tecnología han creado un amplio y
novedoso espectro de oportunidades económicas y de empleo.
Dado que las mujeres representan una importante mayoría entre
quienes carecen de acceso, esta brecha tecnológica adquiere una clara dimensión
de género y, por ende, presenta múltiples aristas. Por un lado, hace referencia
a una brecha entre los países que tienen y los que no tienen acceso fácil a los
avances tecnológicos. Dentro de cada país, la división se profundiza entre los
estratos socioeconómicos que tienen acceso a la tecnología y los que no lo
tienen (en especial, en áreas rurales). Además, existe una brecha de género
tanto entre los países como dentro de cada uno de ellos: casi en todas partes,
las mujeres siguen a la zaga de los hombres en el acceso a la formación o en la
aplicación de tecnología.
Para ponerse a la altura del desafío que plantea la tecnología, como
señala la Unesco en su Plan de Acción para la Prioridad “Igualdad de Género”
(2014 - 2021) es necesario contar con estrategias de desarrollo que combinen la
nueva capacidad tecnológica con inversiones en una amplia variedad de sectores
económicos tradicionales y no tradicionales. Estas estrategias deben estar
respaldadas por mejoras educativas, desarrollo de competencias, e investigación
y formación profesionales. La capacitación en el uso de tecnología es esencial,
y constituye un paso clave para aprovechar las nuevas oportunidades económicas
que se presenten. Estos dos elementos las estrategias y la capacitación
revisten una importancia crítica para alcanzar el objetivo de crear más
oportunidades para que mujeres y hombres obtengan trabajos decentes y
productivos.
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